Cuando Victoriano Huerta usurpó la presidencia, el descontento en el país fue general. Venustiano Carranza
dirigió al ejército constitucionalista en contra del ejército federal
del usurpador, la revolución se prolongó. En Estados Unidos, Woodrow Wilson
fue nombrado presidente, destituyó al embajador Henry Lane Wilson y se
declaró enemigo de Huerta al negar el reconocimiento de su gobierno. El
nuevo presidente estadounidense, con la finalidad de imponer una
ideología política acorde a los intereses económicos de su país decidió
imponer un embargo armamentísitico en los puertos mexicanos. Los
argumentos empleados por Wilson fueron acabar con la guerra civil
existente en México y "educar" al pueblo mexicano para que éste fuera
capaz de ejercer la democracia y de elegir buenos gobernantes.
El 9 de abril de 1914, nueve tripulantes del acorazado Dolphin
desembarcaron en el puerto de Tampico en una zona controlada por las
tropas huertistas para abastecerse de combustible. Los marines
estadounidenses fueron apresados, pero el comandante Morelos Zaragoza
los dejó en libertad inmediatamente para evitar un incidente
diplomático. Para reparar el desagravio el almirante Henry T. Mayo
exigió a las tropas de Huerta rendir honores a la bandera
estadounidense. La petición fue negada, y fue uno de los motivos para
que el presidente Wilson movilizara un mayor número de embarcaciones a
los puertos mexicanos, así como a sus tropas a lo largo de la frontera.
El 21 de abril el almirante Frank Friday Fletcher bombardeó el puerto de Veracruz para impedir que el buque alemán Ypiranga
descargara un lote de armas que serían entregadas a los federalistas de
Huerta. Tras el bombardeo y sin encontrar mayor resistencia los
soldados americanos desembarcaron en la ciudad, donde permanecieron
durante ocho meses iniciando así la Segunda Intervención estadounidense en México. Los estadounidenses intentaron sin éxito realizar una alianza con los constitucionalistas de Carranza. Los embajadores de Argentina, Brasil y Chile
(conocidos como el Grupo ABC) mediaron entre los gobiernos de Estados
Unidos y México para conseguir la paz en las pláticas de Niagara Falls
en Canadá, pero el gobierno estadounidense no aceptó retirar sus fuerzas
hasta que el ejército constitucionalista venció a los federalistas y
Huerta se exilió del país. Las tropas estadounidenses abandonaron el
puerto de Veracruz en noviembre de 1914.
Debido a que no existía un acuerdo ideológico entre Carranza y los líderes populares Francisco Villa y Emiliano Zapata, la revolución mexicana continuó durante tres años más. En 1915 los consitutcionalistas de Carranza dieron un fuerte golpe a los convencionalistas de Villa, destarticulando la División del Norte. A principios de 1916, el Centauro del norte optó por la guerra de guerrillas, ordenó el fusilamiento de diecinueve empleados de una compañía estadounidense y el 9 de marzo atacó a la población de Columbus en Nuevo México.
La historiografía no ha establecido la razón por la que Villa realizó
estas acciones provocativas, el presidente Wilson no tardó en reaccionar
y designó al general John J. Pershing para comandar una expedición punitiva con la finalidad de capturar al líder mexicano.
Esta Tercera Intervención estadounidense
comenzó con una fuerza de cinco mil hombres, la cual en un corto
período, se incrementó a doce mil. Por primera vez en la historia
militar de los Estados Unidos, se emplearon autotransportes, tanques de
guerra y aviones. Carranza protestó la intervención, pero como los
objetivos eran favorables a sus intereses personales, ordenó a sus
hombres no confrontar a los soldados estadounidense. Las fuerzas de
Villa realizaron nuevos ataques al otro lado de la frontera mexicana, y a
pesar de las órdenes de Carranza, los consitucionalistas libraron
batallas en Parral y el Carrizal contra los soldados estadounidenses.
El gobierno estadounidense desplazó una fuerza de ciento diez mil
soldados a la frontera, pero antes de comenzar la invasión se
establecieron conversaciones diplomáticas en El Paso y en Atlantic City.
Los gastos militares eran de un alto costo para los Estados Unidos y no
se lograba el objetivo de capturar a Villa, por otra parte en Europa se
libraba la Primera Guerra Mundial;
ante estas expectativas el presidente Wilson decidió retirar a su
ejército. Después de once meses de ocupación, los soldados
estadounidenses desalojaron el país el 5 de febrero de 1917.
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