En 1829 una
escuadra de 40 bracos, con 3500 soldados españoles desembarco en las
costas de Veracruz. Su objetivo era cancelar la independencia de México y
recuperar lo que había sido la Nueva España. El intento fracaso por la
movilización de tropas mexicanas y principalmente por el clima de la
costa que fue adverso a las tropas españolas. Fue esta la primera
intervención que sufrió México como nación independiente.
La
lucha por la independencia de México terminó con la firma del Plan de
Iguala el 27 de septiembre de 1821, acuerdo firmado entre Agustín de
Iturbide, Comandante del Ejército Realista y Vicente Guerrero, Jefe de
las Fuerzas Insurgentes. Posteriormente, en 1822 Agustín de Iturbide fue
nombrado Emperador de México teniendo su imperio una duración de tan
solo un año ya que mediante el Plan de Casa Mata que proponía establecer
el sistema republicano, se unieron para derrocarlo Antonio López de
Santa Anna, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero.
En
marzo de 1823 Iturbide renunció al trono y se fue a Europa, quedando el
gobierno en manos de un Supremo Poder Ejecutivo quienes decidieron que
México sería una república. Las provincias de Centroamérica que se
habían unido al imperio se separaron de México, trayendo lo anterior
como consecuencia la proclamación de la Constitución Federal de los
Estados Unidos Mexicanos en 1824, dando paso al nacimiento de un sistema
de gobierno Republicano, Representativo y Federal.
El
Congreso convocó a las primeras elecciones en el México independiente
resultando electo como presidente Guadalupe Victoria y como
vicepresidente Nicolás Bravo (1824-1829). Este gobierno consiguió que
los españoles que todavía estaban en San Juan de Ulúa se rindieran. Para
el siguiente período resultó electo el general conservador Manuel Gómez
Pedraza, resultado que fue desconocido por los partidarios de su
rival, el General Vicente Guerrero, siendo llevado éste al poder después
de un levantamiento.
En 1827 se
promulgó la Ley General de Expulsión ordenando la salida del país de
todos los extranjeros que aquí se encontraban. Un año más tarde, se supo
que se preparaba una expedición española que zarparía desde La Habana,
Cuba para atacar tierras mexicanas integrando este movimiento los
españoles que un año atrás habían sido expulsados y deseaban volver.
Para
lograr su objetivo, los exiliados se dieron a la tarea de convencer al
Brigadier Isidro Barradas, militar español, de que México deseaba
integrarse de nuevo a España. Barradas inició el viaje desde Cuba con
una escuadra de 40 barcos, cerca de 3500 hombres y suficiente armamento.
Su objetivo era cancelar la Independencia de México y restablecer la
dominación de Fernando VII recuperando lo que había sido la Nueva España
siendo ésta, la primera intervención que tuvo México como nación
independiente.
Dicha
intervención comenzó el 26 de julio de 1829 cuando la expedición
intervencionista española desembarcó en Cabo Rojo, Veracruz al sur de
Pánuco. El 6 de agosto por la noche, Barradas entró a Tampico tras haber
incendiado el Fortín de La Barra localizado en la ribera sur del Río
Pánuco cuyo defensor, el comandante Mariano Palacios, huyó a Altamira al
igual que la población civil de Tampico. Acto seguido, Barradas instaló
su cuartel general en pleno centro de la ciudad en la casa ubicada en
las calles de Juárez y Madero.
Para
hacer frente a esta intervención, el presidente Vicente Guerrero ordenó a
los generales Antonio López de Santa Anna y Mier y Terán moverse desde
Veracruz y Matamoros a los que se le uniría en Tampico el comandante
militar de Tamaulipas, general Felipe De la Garza. Las tropas sitiaron
el lugar quedando el ejército del Brigadier Barradas atrapado con
escasos víveres y municiones bajo el inclemente clima lluvioso entre el
Paso del Humo y la Ranchería de Doña Cecilia (hoy ciudad Madero).
Para
finales de agosto los españoles se habían posesionado de la ciudad de
Tampico con la expectativa de que la población les apoyara, y en lugar
de avanzar hacia la capital del país, esperaron en el puerto. La espera
resulto más costosa de lo esperado. Los intervencionistas trataron en
vano de convencer a los mexicanos de que venían en paz y que deseaban
restaurar el orden y acabar con la anarquía.
Mientras
tanto el ejército mexicano, con más de 5000 mil hombre avanzo hacia
Tampico. Pero esta vez la fuerza militar no fue tan mortífera como la
naturaleza, quien esta vez obro a favor de nuestra nación, pues lo meses
de julio y agosto eran especialmente insalubres lo que provoco el
desarrollo de enfermedades gastro-intestinales, La fiebre amarilla causo
innumerables bajas en el ejército español.
El
10 de septiembre Mier y Terán atacó con 900 hombres el Fortín de La
Barra defendido por 400 españoles que ya habían sido diezmados por las
enfermedades, se rindieron al día siguiente para seguir un armisticio,
que se ratificó el 11 de ese mes de septiembre firmando la capitulación
los generales Antonio López de Santa Anna y Manuel Mier y Terán en el
cuartel que habían instalado los españoles en Tampico.
El
triunfo de las tropas mexicanas sobre las de Barradas marcó el punto
final y la culminación de todo el movimiento de Independencia tomando
gran fuerza el patriotismo entre los mexicanos.
Y
aun cuando España, no reconoció la independencia de México hasta 1836,
fue este el último intento español por reconquistar la que había sido su
colonia más rica e importante.
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