La Primera Intervención francesa en México, también conocida como Guerra de los Pasteles, fue el primer conflicto bélico entre México y Francia. Tuvo lugar del 16 de abril de 1838 al 9 de marzo de 1839.
Como no fueron aceptadas tales demandas por el gobierno mexicano, la flota francesa abrió fuego contra el fuerte de San Juan de Ulúa (Batalla de San Juan de Ulúa) y la ciudad de Veracruz el 27 de noviembre de 1838, por lo que al día siguiente capitularon ambas entidades, comenzando la guerra.
El gobierno de México reprobó ambas capitulaciones y expidió un decreto el 30 de noviembre anunciando que se declaraba la guerra al Rey de Francia, e inmediatamente pidió a Santa Anna que se pusiera al frente de las tropas e iniciara la ofensiva contra los franceses.
Santa Anna llegó a Veracruz y se dispuso a defender la ciudad,
enviando una comunicación a Baudin informándole que no habían sido
aprobadas las capitulaciones. En respuesta, el contraalmirante ordenó
que una columna de 1000 hombres con artillería desembarcara con el
propósito de aprehender a Santa Anna, y el 4 de diciembre
consiguió desembarcar en Veracruz. Este, al darse cuenta del
desembarco, reunió algunas fuerzas y entabló la lucha sin resultados
definitivos para una u otra parte.
Ante esta situación, Baudin ordenó el embarco de sus tropas, que
fueron perseguidas por los mexicanos hasta el muelle, donde los
franceses, al disparar un cañón, pudieron detenerlos, resultando herido
en una pierna el propio Santa Anna.
Baudin ordenó a continuación que la artillería naval hiciera fuego
contra la ciudad, por lo que Santa Anna dispuso la evacuación del
puerto, retirándose hasta Pocitos (a una legua de la ciudad).
El bloqueo dañaba seriamente la economía mexicana y hacía al país dependiente del contrabando a través de Texas.
No obstante, el gobierno texano, temiendo que fueran incluidos en el
bloqueo, organizó la captura de los contrabandistas mexicanos, y el 6 de
septiembre de 1837 negoció con Francia - por medio de Estados Unidos -
para que estos enviaran un barco a reforzar el bloqueo francés contra
México, a cambio de que el bloqueo no perjudicara los intereses de
Texas. Tras esto, y como consecuencia de que México no aceptaba las
exigencias francesas, se enviaron 20 barcos más al mando del
contraalmirante Charles Baudin, que llegaron en octubre y exigieron a
México la compensación por los gastos del bloqueo.
Sin embargo, puesto que Francia había bloqueado a otros países europeos
el acceso a uno de los mercados más importantes de América, al mes de
haber iniciado los combates en tierra, con el propósito de mediar en el
conflicto, la marina británica destacó a la Flota de las Indias Occidentales, logrando que Francia suspendiera su agresión. El mediador fue el inglés Richard Pakenham, quien consiguió reunir a los representantes mexicanos Guadalupe Victoria y Eduardo Gorostiza con el contraalmirante Baudin.
El 9 de marzo de 1839
se firmó un tratado de paz, en el cual México se comprometía a pagar
las indemnizaciones (seiscientos mil pesos en total), pero no así a
mantener las garantías exigidas para los extranjeros en el futuro.
Francia retiró, a cambio, la flota invasora, desistió de la
indemnización por los gastos de guerra y el desconocimiento de las Declaraciones Provisionales de 1827, devolviendo además las naves incautadas.
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